A los pies de Sierra Nevada y en el límite del Geoparque del Cuaternario se encuentra la localidad de Polícar. En ella, a sus afueras, en una parcela irregular de más de mil metros cuadrados, se plantea la vivienda.
El Alma de esta vivienda es resultado de conjugar modernidad y tradición para responder a un contexto urbano, funcional y estético.
Se parte de una volumetría moldeada por su contexto. La orientación Sur, las vistas hacia Sierra Nevada y el disfrute de la extensa parcela dan forma a la crujía de día, que se introduce en la parcela buscando la naturaleza, la luz y la intimidad que ofrece el lugar. Por otro lado, la crujía de noche se alinea a la calle principal para, aprovechando el desnivel existente, generar un semisótano que dé cabida al estar con chimenea y al garaje.
Las cubiertas de teja inclinadas hablan el mismo lenguaje de la arquitectura vernácula. Este lenguaje se ve interrumpido únicamente por un volumen emergente con cubierta plana que marca la entrada y que ejerce de rótula entre las dos crujías principales.