En la esquina de la parcela número 12, se ubica esta vivienda de identidad propia. Delimitando la parcela, se alza un vallado compuesto de lamas de acero orientadas y muros de piedra caliza que invitan a ver la vivienda y a su olivo centenario desde la esquina y a la vez ocultar y dar privacidad a los espacios interiores de la vivienda.
Retranqueada de sus linderos, la vivienda se compone por un juego de volúmenes blancos compuestos de vacío y sombra: el vacío se genera gracias a las grandes luces estructurales, originando en su interior amplios espacios abiertos. La sombra la ofrece el movimiento continuo de los volúmenes: los inferiores de uso diurno y los superiores de uso nocturno que, gracias a su forma, enmarcan las vistas.
La orientación de la vivienda asegura un buen soleamiento durante todo el día. Un profundo porche a sur protege del intenso soleamiento del verano, pero permitiendo la incidencia solar en invierno en la zona diurna.
Las puertas de todas las estancias son de madera y vidrio, para transferir la luz que proporcionan las nuevas ventanas hacia el distribuidor, y este hacia las salas más oscuras.